El precio de la luz: entre la sequía y la crisis ucraniana

¿Qué tienen que ver la sequía y Ucrania con el precio del kilovatio? Vamos a intentar explicarlo, pues, aunque esto es un blog donde nos centramos en las energías renovables, también intentamos anticiparnos al futuro y que nuestros clientes tengan herramientas para tomar sus decisiones en materia de energía.

El 1 de febrero conocíamos la noticia: una sanción de la Xunta de Galicia a Iberdrola y Naturgy por no notificarle los desembalses de cuatro pantanos gallegos en agosto de 2021, dos de ellos rozaban sus mínimos legales. No fue un caso aislado. En diciembre, el gobierno se decidía a abrir expediente a Iberdrola por las quejas de los alcaldes del entorno de Monfragüe en Extremadura. El alcalde de Belvís de Monroy declaraba: “El gran daño ambiental, turístico y social no se está investigando, y nos parece una vergüenza”. Y es que, según el informe de la Agencia Extremeña de la Energía, los costes de mantenimiento y canon hidráulico de las centrales hidroeléctricas de la región, que suman más de 2,2 GW de potencia, está en torno a los 21€ por MWh. Así, es difícil que sus propietarios se resistan a aprovechar ese enorme beneficio, cuando el Mercado Eléctrico les paga en la subasta más de 250€ por Mwh. Los 4.500.000 MWh que producen anualmente las centrales eléctricas de las presas extremeñas, suponen unos ingresos extra de casi 1000 millones de euros, considerando el precio medio del mercado eléctrico hasta el año 2021 (45€ MWh) y el actual precio en las horas de desembalse (250€ MWh).

Pero ¿es el agua un mero producto que por efecto de la gravedad produce electricidad? Evidentemente no, y la sequía se empeña en recordárnoslo periódicamente. El agua es un bien insustituible para producir nuestros alimentos, para mantener los cultivos arbóreos, para la salud y el bienestar humanos, y para mantener sanos nuestros ecosistemas. La multa de la Xunta de Galicia será de 200.000€ que es una cantidad considerable, pero simple calderilla si lo comparamos con los 1000 millones de ingresos extra solo en Extremadura.

Este es uno de los motivos por los que el gobierno de España solicitó a la Comisión Europea una reforma en el Mercado Eléctrico, que al igual que ocurre con las subastas de electricidad fotovoltaica, sacara a la nuclear y la hidroeléctrica del sistema de subastas del mercado. La Comisión se ha negado sistemáticamente a ello, por considerar la situación actual como un fenómeno pasajero.

La invasión rusa a Ucrania

Y entonces, el avispero geopolítico del Dombass, en Ucrania, se empezó a agitar. No vamos a entrar en la parte geopolítica, aunque nos encantaría, pero sí que vamos a analizar cómo afectará el conflicto a nuestro ya revolucionado mercado eléctrico. Rusia suministra a través de los gasoductos de Ucrania, Bielorrusia y el Báltico, casi el 80% del gas que se consume en Europa central, a un precio muy competitivo. El resto proviene principalmente de Noruega. España y Portugal tienen otros proveedores. En un 80% era Argelia hasta el cierre del gasoducto argelino por los problemas entre ésta y Marruecos (generados principalmente por el apoyo de Estados Unidos a Marruecos en todos sus litigios con Argelia). Ahora un amplio porcentaje del gas producido en la península viene en buques, desde Qatar y Estados Unidos, y es mucho más caro que el argelino.

Al estallar un conflicto armado en Ucrania, su gasoducto, y probablemente el de Bielorrusia, van a quedar cerrados mientras duren las hostilidades y toda Europa va a pasar a comprar el gas a nuestros proveedores. La hidroeléctrica y el gas son ya los principales culpables de la escalada de los precios eléctricos que sufrimos en el último año y medio. Con una sequía en ciernes y una guerra en Ucrania anticipamos la tormenta perfecta para que el precio de la electricidad se dispare aún más. Hoy mismo la Comisión Europea ha aceptado que va a tener que hacer reformas en el Mercado Eléctrico.

Afortunadamente, los últimos dos años han sido los del despegue de un recurso autóctono y no sujeto a los vaivenes de la geopolítica como es la producción eléctrica con plantas fotovoltaicas para autoconsumo. Esta debe seguir siendo la tabla de salvación para nuestras empresas y también para las familias. Seguimos apostando por ello, como ya lo hacíamos hace casi veinte años.